Hombre capturado por el delito de hurto calificado y agravado en Yopal
En el marco del plan “Una Navidad con Propósito”, la Policía Nacional, bajo la dirección de la Fiscalía General de la Nación, realizó una diligencia de registro y allanamiento que permitió la captura de alias “Río Sucio”, incluido en el cartel de Los Más Buscados por Hurto en Casanare, vigencia 2025.
Este individuo era un actor criminal recurrente, dedicado al hurto a personas mediante la modalidad de atraco con arma de fuego, ejerciendo violencia e intimidación sobre sus víctimas. Durante su historial delictivo se le han registrado diversos hechos, entre ellos:
- En 2024 fue capturado en posesión de un revólver calibre 38 marca Llama, seis cartuchos, una motocicleta Pulsar NS 200, dinero en efectivo, un anillo y una pulsera de oro.
- Protagonizó un atraco en el barrio Villa Rocío de Yopal, donde intimidó a una víctima con arma de fuego y le hurtó una camándula de oro avaluada en 8 millones de pesos.
Alias “Río Sucio” también presenta 22 comportamientos contrarios a la convivencia, entre ellos:
- 9 por porte de armas, elementos cortantes o sustancias peligrosas.
- 6 por desacatar órdenes de la autoridad.
- 3 por portar sustancias prohibidas en espacio público.
- 2 por consumo de sustancias en escenarios deportivos.
- 2 por resistirse a procedimientos de identificación.
Según consulta en línea PONAL, esta persona presenta orden de captura vigente, emanada por el Juzgado Promiscuo Municipal de Chámeza (Casanare), por el delito de hurto calificado y agravado bajo circunstancias de menor punibilidad.
La Policía Nacional reafirma su compromiso con la seguridad y la tranquilidad de los habitantes de Yopal y del departamento de Casanare.
Navidad con Propósito: la labor de los policías que custodian la paz en el sur de Bolívar
En el municipio de Montecristo, en el sur de Bolívar, la Serranía de San Lucas se levanta como un largo susurro de montañas antiguas, envueltas en neblinas que amanecen lentas sobre los ríos. Allí, donde el viento arrastra olor a tierra mojada y las tardes caen con un silencio que parece pensar por sí mismo, los policías y soldados recorren caminos que se pierden entre piedras, cauces y sombras verdes. En ese territorio de la Colombia profunda, ellos son la presencia que acompaña, protege y escucha.
Este año, en medio de esos paisajes remotos, también cargan sobre los hombros una misión adicional: hacer viva la estrategia de la Policía Nacional, “Navidad con Propósito”, una campaña que busca que cada uniformado sea portador de esperanza en los lugares donde la distancia hace que la Navidad llegue tarde o no llegue del todo. Allí, en la Colombia que rara vez aparece en pantalla, ellos encarnan ese propósito con acciones pequeñas, silenciosas, pero profundamente humanas.
Los alojamientos son humildes: catres, techos de zinc que cantan cuando llueve y paredes agrietadas que guardan retazos de vida. Fotos dobladas, dibujos infantiles, mensajes cortos que sobreviven al tiempo. La distancia, ese animal silencioso, ronda siempre sin pedir permiso.
El subintendente Jair García lleva más de tres meses sin ver a sus hijos. Con la Navidad respirándole en la nuca, sabe que la Nochebuena lo encontrará con botas enlodadas y radio al hombro. No abrirá regalos, no encenderá velitas en familia. Aun así, dentro de la campaña “Navidad con Propósito”, se ha propuesto llevar un detalle, una sonrisa o una palabra de aliento a cada vereda que patrulla. Su hijo mayor, en un mensaje breve, le escribió: “Papi, armamos el árbol cuando tú puedas”. Él guarda esas palabras como una plegaria íntima.
El subteniente Mario Coavas revisa su equipo antes del patrullaje. Un viento tibio baja desde las montañas y mueve las hojas con el sonido de un susurro. Piensa en su madre preparando natilla en Sincelejo. “Este año tampoco estaré”, se dice en voz baja. Pero también sabe que, en el marco de “Navidad con Propósito”, su ausencia se convierte en un gesto de entrega: proteger a quienes, en estos territorios, necesitan incluso más compañía que él mismo.
Entre patrullajes, los policías se permiten un respiro. Los patrulleros Polo y Mena, con la destreza que da la necesidad, improvisan un fogón. Una olla negra empieza a hervir con un sancocho espeso cuyo aroma devuelve fuerzas. El vapor asciende como una señal de vida en medio de la espesura. Y aunque parezca un acto cotidiano, también es parte de esa Navidad distinta: compartir entre hermanos de uniforme lo poco que tienen para fortalecer lo que nunca puede faltar: la unión.
El comedor, hecho de madera que cruje con el viento, tiene la mejor vista del mundo: el cerro que abraza a Montecristo y, abajo, la quebrada Caribona. Allí se sientan todos, esperando el llamado: “Bueno, mis hermanos, a ver si este sancocho levanta el espíritu”.
A su alrededor descansan los perros fieles de la estación: Crisbel, El Negro, Luna, Keisy y Capibara, este último un flacucho de mirada pícara que un día llegó y nunca se fue. Dicen —entre risa y verdad— que se quedó por amor. Ahora camina entre ellos como un guardián pequeño, sin uniforme, pero con pertenencia.
Antes del primer bocado, todos se ponen de pie. Elevan una oración breve al cielo abierto de Montecristo. Piden por sus familias —esas que hoy prenden velitas lejos— y por la paz del país. En esa plegaria también se cuela el espíritu de “Navidad con Propósito”: devolver esperanza incluso cuando ellos mismos la necesitan.
La Serranía de San Lucas, con sus montes que parecen olas quietas, los rodea como un anfiteatro natural. Allí el deber es resistencia. Pero siempre encuentran razones para seguir: la sonrisa del campesino que ofrece café, la mano de un niño que reconoce su presencia, el agradecimiento sencillo de quienes, en la montaña, ven en ellos una luz.
El subteniente Mario Coavas lo resume sin solemnidad, como quien expresa una verdad simple:
“Aquí no solo hacemos patria; aquí hacemos humanidad”.
Y así es. Llevan medicamentos, acompañan reuniones, cargan mercados, escuchan historias. Con “Navidad con Propósito”, no solo patrullan: también abrazan la idea de que la Navidad debe llegar hasta el último rincón del país, incluso si ellos mismos no pueden estar en casa.
Cuando cae la noche sobre Montecristo, el cielo se llena de estrellas limpias. La distancia pesa más que el fusil, pero también saben que su labor es un regalo silencioso para miles de familias que sí podrán encender velas sin miedo.
Regresan al alojamiento con el uniforme húmedo y la fe intacta. La Navidad puede esperar; la paz, no. Y en esa certeza —entre montañas antiguas, fogones improvisados, perros fieles y noches estrelladas— comprenden que su sacrificio sostiene algo más grande que ellos: la esperanza de un país que aún cree en amaneceres tranquilos… y en una Navidad que, gracias a ellos, siempre tiene propósito.
Cine al Parque fortalece la convivencia y acerca a la comunidad del barrio Edmundo López a su Policía
En el barrio Edmundo López, el Grupo de Policía Comunitaria, en articulación con la Junta de Acción Comunal, desarrolló la actividad diferencial “Cine al Parque”, un espacio pensado para fortalecer la convivencia, promover la seguridad y afianzar los lazos de confianza entre la ciudadanía y la Policía Nacional.
Durante la jornada, la subteniente Andrea Ibáñez, jefe del Grupo de Policía Comunitaria, destacó la importancia de estas iniciativas que generan encuentro, recreación y sentido de pertenencia en la comunidad. Además, se compartieron recomendaciones y consejos de seguridad orientados a prevenir situaciones que afecten la tranquilidad del sector.
Asimismo, se socializó con los asistentes el número del cuadrante o zona de atención, con el fin de garantizar una reacción más inmediata ante cualquier requerimiento ciudadano.
La Policía Metropolitana de Montería reafirma su compromiso con el trabajo comunitario y la construcción de entornos seguros a través de actividades que integran, educan y fortalecen la confianza mutua.
Policía Comunitaria acompaña mercado campesino en San Pelayo promoviendo convivencia y seguridad
En cumplimiento del compromiso institucional con la prevención y el fortalecimiento del tejido social, el Grupo de Policía Comunitaria acompañó el mercado campesino realizado en el parque principal del barrio Centro, una actividad liderada por la administración municipal.
Durante la jornada, la comunidad recibió recomendaciones y orientaciones en materia de seguridad ciudadana, dirigidas a promover la sana convivencia, prevenir situaciones de riesgo y fortalecer la corresponsabilidad entre ciudadanía y autoridad. Asimismo, se socializó el número de contacto de la Zona de Atención Policial 4-1, con el propósito de facilitar una reacción oportuna ante cualquier eventualidad.
La subteniente Andrea Ibáñez, jefe del Grupo de Policía Comunitaria, destacó que este tipo de acciones permiten estrechar la relación entre la Policía Nacional y la comunidad, generando confianza y entornos más seguros para el desarrollo de actividades económicas y sociales.
La Policía Metropolitana de Montería reafirma su compromiso con el acompañamiento permanente a los espacios comunitarios y con el fortalecimiento de la seguridad en el municipio de San Pelayo.
Policía Comunitaria acompaña ceremonia de graduación de la Cívica Infantil y Juvenil.
En la Universidad del Sinú se llevó a cabo la ceremonia de graduación de 41 niños y jóvenes pertenecientes a la Cívica Infantil y Juvenil, un espacio formativo que fortalece la construcción de ciudadanía y promueve valores esenciales para la convivencia.
La subteniente Andrea Ibáñez, jefe del Grupo de Policía Comunitaria, destacó:
“Estos procesos permiten sembrar liderazgo, disciplina y sentido de pertenencia en nuestros niños y jóvenes, reafirmando el compromiso institucional con el fortalecimiento de los valores y la proyección de una comunidad más unida y participativa”.
Durante el evento, la Policía Comunitaria brindó acompañamiento integral a los participantes y sus familias, resaltando la importancia de continuar trabajando articuladamente en la formación de los futuros líderes de la región.
La Policía Metropolitana de Montería reafirma su compromiso con el desarrollo de espacios que promuevan la educación, el civismo y la participación ciudadana desde la infancia.
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Policía comunitaria adelanta campaña educativa para prevenir el consumo de sustancias alucinógenas en Miraflores
En cumplimiento de los lineamientos institucionales orientados a la prevención y la promoción de entornos seguros, la Policía Metropolitana de Montería, a través del Grupo de Policía Comunitaria de la Estación San Pelayo, adelantó una jornada educativa en el barrio Miraflores (Villa Olímpica), dirigida a sensibilizar a la ciudadanía sobre los riesgos y consecuencias del consumo de sustancias alucinógenas.
La subteniente Andrea Ibáñez, jefe del Grupo de Policía Comunitaria, destacó que estas acciones buscan fortalecer el autocuidado, la convivencia y el vínculo entre la comunidad y la institución, promoviendo espacios libres de comportamientos que afecten la seguridad y la salud pública.
Durante la actividad se brindaron recomendaciones clave para la prevención del consumo de psicoactivos, entre ellas:
- Reportar al cuadrante, a la línea 123 o a la red de apoyo (3132154171) cualquier persona en actitud sospechosa.
- Evitar el consumo de sustancias en lugares públicos.
- Fomentar la autoestima y los hábitos de vida saludable.
- Mantener entornos protectores tanto en el hogar como en espacios comunitarios.
- Informar oportunamente conductas que afecten la convivencia.
- Fortalecer el acercamiento entre la Policía y la comunidad para el trabajo articulado en la prevención.
La actividad permitió generar diálogo, orientar a los habitantes y reforzar el compromiso institucional con la protección integral de niños, niñas, adolescentes y familias del sector.
La Policía Metropolitana de Montería reafirma su compromiso con la educación preventiva y la construcción de comunidades más seguras y resilientes.