Policía Nacional y el grupo Gaula capturan dos personas por el delito de secuestro simple en Barranquilla
La Policía Nacional, a través del GAULA, en coordinación con personal del Modelo del Servicio de Policía, logró la captura en flagrancia de dos personas señaladas del delito de secuestro simple, en hechos ocurridos en el sector Alameda del Río, en la ciudad de Barranquilla.
El operativo se activó tras recibir información directa de un familiar de la víctima, quien reportó su desaparición. Gracias a la reacción oportuna de los uniformados, se desplegaron labores de verificación y búsqueda que permitieron ubicar y rescatar al ciudadano, quien se encontraba privado de la libertad en contra de su voluntad. Durante la acción policial, los responsables fueron identificados y capturados en flagrancia.
De acuerdo con las investigaciones, la víctima había llegado recientemente a la ciudad, y durante el rescate señaló directamente a los hoy capturados como responsables de su retención.
Los detenidos presentan tres anotaciones judiciales previas por los delitos de concierto para delinquir, tráfico de estupefacientes y lesiones personales.
El comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, brigadier general Edwin Masleider Urrego Pedraza, indicó:
“Al parecer, el motivo del secuestro estaría relacionado con una transacción por tráfico de estupefacientes. Este resultado refleja la eficacia de nuestros grupos especializados y la importancia de la articulación con la ciudadanía. Continuaremos trabajando para proteger la vida y garantizar la seguridad de todos los barranquilleros”.
La Policía Nacional invita a la comunidad a denunciar cualquier hecho delictivo a través de la línea de emergencia 123 o de la Línea Contra el Crimen 3178965523, garantizando absoluta reserva de la información.
Donde el viento destruyó hogares, la Policía sembró esperanza.
El cielo de Mitú, en el departamento del Vaupés, amaneció despejado aquel día. El municipio, ubicado en el sureste de Colombia, en la frontera con Brasil, se preparaba para vivir sus tradicionales Ferias y Fiestas de Integración y Reinado de Colonias: los parlantes tronaban con música, las calles se llenaban de color, las risas de los niños se mezclaban con el aroma de la gastronomía típica y el sonido de los tambores. Era una jornada pensada para celebrar la vida y las raíces. Pero, en medio de aquella alegría colectiva, el destino tenía otros planes. Sin previo aviso, el viento cambió de humor. Primero fue una brisa inquieta, luego un rugido implacable. Un vendaval furioso azotó el humilde barrio Urania y, en cuestión de minutos, lo que había sido hogar se convirtió en ruina.
La noticia llegó al corazón de la Policía como llegan las tragedias: urgente, inesperada, desgarradora. Mientras todos celebraban, el subteniente Jhon Briam Peña Bermúdez recibió un llamado: el auxiliar Chirley había perdido su casa tras la caída de un enorme árbol. Sin pensarlo dos veces, dejó la festividad y reunió parte de su equipo: el patrullero Claudir Habith de Vega Medel, la patrullera Deysi Dayana Gutiérrez Rivas y el auxiliar Steven Paul Peinado Peralta.
La misión había cambiado; ya no era apoyar la seguridad en aquella celebración, sino algo mucho más profundo: ser el consuelo y la fuerza de una comunidad que lo había perdido todo.
Cuando la patrulla llegó al barrio Urania, el silencio era más fuerte que cualquier sirena. Las calles estaban cubiertas de ramas, los techos de zinc colgaban torcidos como si fueran papel, y los juguetes de los niños flotaban en el barro. Más de 60 familias habían quedado a la intemperie. Las mujeres intentaban rescatar lo poco que quedaba de sus pertenencias, los ancianos observaban con resignación, y los más pequeños, confundidos, abrazaban a sus madres sin entender por qué ya no tenían casa.
Fue entonces cuando aquellos cuatro uniformados decidieron convertirse en mucho más que policías. Dejaron atrás los protocolos y tomaron hachas, machetes y martillos. Con las manos cubiertas de tierra y el uniforme empapado por la lluvia, comenzaron a cortar árboles caídos, retirar escombros y reconstruir paredes improvisadas con lo que encontraban. No había descanso ni tiempo para la fatiga; cada clavo que martillaban era un pedazo de dignidad que regresaba a las familias.
En medio de la emergencia había lágrimas contenidas, abrazos sinceros y miradas que, pese al dolor, volvían a brillar. La patrullera Deysi, con el rostro enrojecido por el esfuerzo, no dejaba de trabajar al lado de las madres que trataban de salvar sus enseres. El patrullero Claudir, con un niño dormido en sus brazos, ayudaba a levantar un nuevo techo. Y el subteniente Peña, con voz firme pero serena, organizaba a la comunidad para que todos colaboraran.
“Cuando creíamos que lo habíamos perdido todo, llegaron ellos. No solo nos ayudaron a levantar nuestras casas, sino también nuestra moral. Su generosidad y humanidad nos devolvieron la esperanza”, dice con la voz entrecortada una de las vecinas afectadas.
Pero la jornada solidaria no terminó ahí. En la casa del auxiliar Chirley encontraron a sus padres en una acalorada discusión con un vecino por la caída del árbol que destruyó su vivienda. Una vez más, la patrulla cambió de rol: esta vez no eran rescatistas, sino mediadores de paz. Con paciencia y empatía, calmaron los ánimos y lograron un acuerdo entre ambas partes. Luego, como si aún les sobraran fuerzas, ayudaron a reconstruir la vivienda familiar.
Cuando ya el cansancio se reflejaba en los rostros de los policías, un gesto sencillo coronó su labor. Una de las familias les regaló una pequeña bolsa de limones. Para muchos podría parecer insignificante, pero para ellos fue un símbolo de gratitud infinita.
“La mejor medalla que uno puede llevar en el pecho es el cariño de la gente. Eso vale más que cualquier condecoración”, confesó el subteniente Peña con una sonrisa que, por primera vez en el día, dejaba ver el orgullo de haber cumplido con el deber más noble: servir.
“La labor de estos policías es el reflejo más humano de lo que significa portar un uniforme: estar donde nos necesitan, no solo cuando la ley lo exige, sino cuando la vida lo necesita”, expresó el coronel Felipe Andrés Ardila Valderrama, comandante del Departamento de Policía Vaupés.
“Nuestro mayor orgullo es servir con entrega. Cada hombre y cada mujer de esta institución trabaja incansablemente por el bienestar de los ciudadanos”, puntualizó.
La emergencia abrió un espacio para la solidaridad, la empatía y la esperanza.
Los policías no solo reconstruyeron casas: levantaron sueños, suturaron heridas invisibles y recordaron a toda una comunidad que no está sola. En cada golpe de martillo y en cada mano tendida se escribió una lección profunda:
la seguridad no siempre llega en forma de patrullas o sirenas; a veces llega en forma de humanidad pura, vestida con el verde de la esperanza.
Resolución No. 03269 del 26 de septiembre de 2025 Juan Carlos Hernández Quevedo
Cuatro capturas por tráfico de estupefacientes en Barranquilla y Soledad
La Policía Nacional logró la captura en flagrancia de cuatro personas por el delito de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes, durante la ejecución de cinco diligencias de registro y allanamiento en los barrios Las Américas (sector Las Tablitas) de Barranquilla, y Soledad 2000 y Vista Hermosa en el municipio de Soledad.
Durante el operativo se incautaron 380 gramos de cocaína, 415 gramos de marihuana, 188 gramos de base de coca y 220 pastillas de clonazepam, elementos utilizados para la dosificación y expendio de sustancias ilícitas al servicio de los grupos delincuenciales organizados (GDCO) “Los Pepes” y “Los Costeños”, bajo la coordinación de alias “El Ñía” y “Mauricio Quesero”, respectivamente.
Los inmuebles allanados en Barranquilla eran empleados para la dosificación y comercialización de estupefacientes, mientras que los puntos intervenidos en Soledad se encontraban bajo control de estructuras criminales que coordinaban actividades de microtráfico en el área metropolitana. Con estas acciones se afectaron directamente las rentas criminales de los grupos, estimadas en aproximadamente siete millones de pesos semanales.
Los capturados, identificados con los alias “Olga”, “Alexa”, “Chencho” y “Miguelito”, registran antecedentes judiciales. “Chencho” y “Miguelito” presentan además anotaciones por los delitos de amenazas y falsedad en documento público.
El comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, brigadier general Edwin Masleider Urrego Pedraza, señaló:
“Este resultado refleja el compromiso de nuestras unidades especializadas en la lucha contra el microtráfico. Continuaremos ejecutando operaciones contundentes para garantizar la seguridad y tranquilidad de los barrios afectados.”
La Policía Nacional invita a la ciudadanía a reportar cualquier actividad delictiva a través de la línea de emergencia 123 o de la Línea Contra el Crimen 3178965523, garantizando absoluta reserva de la información.
Resolución No. 03247 del 26 de septiembre de 2025 Diego Fernando Ríos Rodríguez
Policía Nacional da a conocer la ruta de protección para mujeres víctimas de violencia intrafamiliar y de género
La Policía Nacional en Barranquilla reafirma su compromiso con la protección de los derechos de las mujeres y la erradicación de cualquier forma de violencia de género o violencia intrafamiliar, recordando a la ciudadanía la importancia de conocer y activar la ruta de atención en caso de ser víctima o testigo de estos hechos.
A través de la Patrulla Púrpura, la institución brinda acompañamiento permanente a mujeres que enfrentan situaciones de riesgo, garantizando una atención inmediata, humanizada y confidencial.
La Policía Nacional recuerda que, una vez conocida la situación, se activa la coordinación con la Fiscalía General de la Nación, Comisarías de Familia, ICBF y Secretarías de la Mujer, garantizando la atención psicológica, jurídica y social a las víctimas y sus familias.
La institución recomienda a las mujeres no guardar silencio ante el maltrato físico, psicológico, económico o sexual, y a los vecinos o familiares ser solidarios denunciando cualquier señal de violencia en su entorno. La denuncia oportuna puede salvar una vida.
El comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, brigadier general Edwin Masleider Urrego Pedraza, señaló: “Nuestra misión es proteger la vida y la dignidad de las mujeres. Invitamos a todas las víctimas a confiar en nuestras capacidades institucionales y en la ruta de atención, que ha sido fortalecida para responder con prontitud y sensibilidad”.
La Policía Nacional continuará desarrollando campañas pedagógicas y jornadas de sensibilización en comunidades, instituciones educativas y espacios públicos, promoviendo el respeto, la igualdad y la convivencia libre de violencias.
Recuerde que no está sola. Puede comunicarse con la línea 155, la línea 123 o la Línea Contra el Crimen 3178965523. La atención es gratuita, confidencial y disponible las 24 horas del día.