En una contundente acción contra el crimen organizado, la Policía Nacional, a través del GAULA Policía, en coordinación con el GAULA Militar y la Seccional de Inteligencia Policial, logró la captura por orden judicial de nueve integrantes del Grupo Delincuencial Organizado (GDO) “Cordillera”. Los detenidos son responsables de actividades de extorsión y concierto para delinquir agravado en el área metropolitana de Pereira.

El operativo, ejecutado en la zona urbana de Pereira en el marco de la Operación “Camulus”, desarticuló una estructura criminal que venía afectando gravemente a los gremios de transportadores, comerciantes y trabajadores del sector formal e informal.

Los capturados fueron requeridos mediante orden judicial emitida por el Juzgado Promiscuo Municipal de Balboa (Risaralda) por los delitos de concierto para delinquir agravado y extorsión agravada consumada. Todos quedaron a disposición de la Fiscalía General de la Nación.

Durante los procedimientos, se incautaron nueve teléfonos celulares, tarjetas SIM, memorias microSD y un vehículo, elementos utilizados presuntamente para actividades criminales. Las investigaciones permitieron establecer que esta red delincuencial realizaba cobros extorsivos a los transportadores, exigiendo sumas de dinero entre tres y cinco millones de pesos bajo amenazas de atentar contra su integridad.

Con esta operación, se logró afectar directamente las rentas criminales del grupo, impidiendo el pago de más de 150 millones de pesos anuales en exigencias ilegales.

Entre los capturados se encuentra uno de los presuntos sicarios de la estructura, vinculado a la ejecución de al menos cuatro homicidios selectivos en el área metropolitana de Pereira.

Esta operación representa un golpe directo a la capacidad criminal del grupo “Cordillera”, que ha mutado hacia economías ilícitas como la extorsión y el microtráfico. “Con estos resultados reafirmamos nuestro compromiso con la protección del sector productivo y la tranquilidad de los pereiranos”, señaló la Policía Nacional.

La Policía Nacional, a través del bloque de búsqueda y sus especialidades participantes, continúa desarrollando operaciones de alto impacto para desarticular estructuras dedicadas a la extorsión y otros delitos. Se invita a la ciudadanía a denunciar estos hechos a través de la línea gratuita 165, garantizando absoluta reserva.

Además, se solicita a los ciudadanos informar de manera oportuna cualquier actuación que afecte la convivencia y seguridad ciudadana, a través de la línea única de emergencias 123, o al número de celular 3203057117 de la Seccional de Investigación Criminal.

El departamento de La Guajira es distinto. Hay algo en su aire, en su luz y en su gente que la hace única, casi mística. Sus paisajes exóticos, donde el desierto se encuentra con el mar, son un cuadro vivo que cambia con el viento. Pero la verdadera belleza de esta tierra radica en su gente, especialmente en sus mujeres, quienes se convierten en postales vivientes, adornadas con chinchorros, mantas, mochilas y manillas.

Cuando el sol se oculta tras las dunas, ellas adornan el horizonte con su caminar, y la luna, cómplice de su elegancia, les regala su luz.

Cuentan que en los caminos polvorientos de La Guajira sopla un viento que no solo levanta arena, sino también promesas. Ese viento, según los abuelos, es el mismo que guía a los guardianes de la comunidad: hombres y mujeres de la Policía Nacional de Colombia, quienes han aprendido que proteger no es solo vigilar, sino entender el alma del lugar que custodian.

Cada amanecer, entre el canto del gallo y el resplandor del sol que baña las rancherías, ellos recorren los pueblos con paso firme. No solo llevan uniforme: llevan oídos atentos, miradas sinceras y la voluntad de tender una mano. Los niños corren a saludarlos, los ancianos los bendicen desde sus portales, y las madres wayúu confían en que el viento —ese viejo mensajero del desierto— los acompaña en su labor.

Cuando uno de estos guardianes escucha el suspiro del viento entre los cactus, recuerda las palabras de los mayores:

La seguridad no se impone; se cultiva como la confianza, con respeto y corazón.

Por eso, en los pueblos guajiros ya no se teme al uniforme, sino que se agradece su presencia. Donde antes había silencio y recelo, hoy hay diálogo, risas y esperanza.

Bajo el mismo cielo ardiente que ha visto pasar caravanas, sueños y generaciones, los guardianes siguen caminando, sabiendo que proteger esta tierra es también proteger su historia, su gente y su raíz.

Dicen que mientras sople el viento del desierto, el pacto entre la comunidad y sus guardianes seguirá vivo, como símbolo de confianza, respeto y esperanza compartida.

La Policía Nacional, a través de su grupo de Derechos Humanos, llevó a cabo la tercera fase de los Diálogos Regionales, un espacio de participación que contó con la presencia del Comisionado de Derechos Humanos, líderes y lideresas sociales, así como miembros de la Institución.

Esta jornada tuvo como objetivo fomentar el diálogo, la construcción colectiva y el fortalecimiento de la promoción, protección y respeto de los Derechos Humanos, mediante escenarios de escucha, prevención y articulación interinstitucional.

El Teniente Coronel Hernán Mauricio Torres, Comandante encargado de la Policía Metropolitana de Valledupar, destacó la importancia de estos encuentros como una oportunidad para consolidar la confianza y el trabajo conjunto entre la Policía y la ciudadanía. “Estos espacios permiten escuchar las voces de las comunidades y construir, desde la cooperación y el respeto, estrategias que garanticen la convivencia y la protección de los derechos de todos”, señaló el oficial.

Reafirmamos nuestro compromiso con el fortalecimiento de espacios de interlocución y cooperación, basados en la transparencia, el respeto y el trabajo articulado con las comunidades, en pro de la vida, la seguridad y el bienestar de todos los ciudadanos.

Durante actividades de patrullaje realizadas por uniformados de la Policía Nacional, fue capturado en flagrancia un hombre de 24 años de edad en el barrio Los Fundadores. Esta persona está señalada de haber cometido un hurto a una ciudadana en la urbanización Mayales y, posteriormente, de haber lesionado con un arma traumática tipo revólver a otro ciudadano en el barrio Santa Rita, cuando la víctima se opuso al robo de sus pertenencias.

Gracias al plan candado, la colaboración de la comunidad y al despliegue oportuno de las capacidades institucionales, los uniformados lograron ubicar y capturar al agresor, a quien se le incautó el arma, con cinco cartuchos percutidos y uno sin percutir.

El Teniente Coronel Hernán Mauricio Torres, Comandante encargado de la Policía Metropolitana de Valledupar, destacó la valiosa información aportada por la ciudadanía y la rápida reacción de las unidades policiales. Además, reiteró el compromiso de la institución con la seguridad y la convivencia ciudadana, e invitó a la comunidad a denunciar oportunamente cualquier hecho que afecte la tranquilidad en la capital del Cesar.

La persona capturada y el arma traumática incautada fueron dejadas a disposición de la Fiscalía de turno por los delitos de hurto agravado y lesiones personales.