Su historia de vida comenzó cuando jugaba con sus amiguitos a la orilla del rio Guayabito del municipio de Landázuri y fue mordido por una serpiente en su pierna derecha que lo llevó a luchar por su vida y contra el veneno de esta peligrosa serpiente que tras varios meses lo enfrentó a una terrible noticia, perdería el miembro lesionado por el animal.Tras varios meses, un grupo de policías en medio de actividades de emprendimiento con madres de familia en la escuela de la vereda La Palma, notaron su llegada en un humilde "caballito de hierro"; pero al bajarse no solo percibieron una gran dificultad para caminar, también ese inmensurable deseo de ser policía y llegar a su escuela uniformado a visitar a sus compañeros y llevarles muchos dulces.Fue entonces donde empezó la maratónica labor del Grupo de Protección a la Infancia y Adolescencia para cumplirle su deseo y gestionarle un uniforme con grado para darle una inmensa sorpresa, ser parte de nuestra familia policial, convirtiéndolo no solo en un miembro honorario sino en un héroe de la vida. El grandioso día llego y Arnold con gran decoro acompaño a las patrullas de vigilancia a recorrer las calles del municipio para terminar en su colegio donde lo esperaban sus compañeritos y amigos como todo un gran ejemplo, uno de los nuestros.